martes, 14 de enero de 2020

Las Arenas de Marte (The Sands of Mars) - Arthur C. Clarke



Título: Las Arenas de Marte (The Sands of Mars)
Autor: Arthur C. Clarke
Año: 1951
Género: Ciencia Ficción

  Martin Gibson, famoso novelista de ciencia ficción, viaja a una de las más prósperas colonias extraterrestes, un planeta cuyo aspecto ha cambiado hasta ser habitable gracias al trabajo de célebres científicos.

  Sin embargo, lo que tenía que ser un viaje de placer no tarda en convertirse en una complicada red de intereses políticos y científicos que atrapa a Martin y lo enfrenta a una desagradable evidencia: las relaciones entre la Tierra y Marte no son tan plácidas como parecen; como casi siempre, todo se reduce a una cuestión de dinero?

  La verosimilitud y la creación de unos personajes que cobran vida ante los ojos del lector han hecho de Las arenas de Marte, publicada por primera vez en 1951, una de las novelas más destacadas de Arthur C. Clarke.

     

Frases

"Dado que la unidad de propulsión, violentamente radioactiva, debía encontrarse lo más lejos posible del alojamiento de la tripulación, la solución más simple consistía en una doble esfera y un largo tubo de conexión."

"-¿No le molesta que fume? -preguntó-. ¿No es un desperdicio de oxígeno?
  Norden rió:
  -Si se prohibiera fumar durante tres meses habría un motín. De todas maneras, el consumo de oxígeno es insignificante. En los primeros años nos veíamos obligados a tener más cuidado. Cierta vez, una fábrica de cigarrillos sacó una marca especial para astronautas, impregnada con un portador de oxígeno para economizar aire. Pero no se hizo muy popular, y un buen día una partida salió con exceso de oxígeno; al encenderlos se quemaban como buscapiés. Y éste fue el triste final de la idea."


"Como no existía “arriba” ni “abajo”, ni división natural del espacio en horizontal y vertical, había una dimensión más en la que perderse. Y él no dejó escapar la oportunidad."


"-¡Tonto de mí! Nunca fui bueno en cálculos mentales. Eran doce segundos, por supuesto.
  -¡Y éste es el hombre que nos ha traído a Marte! -exclamó alguien, pasmado-. ¡Regresaré a pie!" -


"Aquella luz quieta e impasible, que ardía tan inesperadamente en pleno día, era (y lo sería por varias semanas) el lucero matinal de Marte, más conocido por el nombre de Tierra."


"Con el recuerdo colgado al hombro, Gibson emprendió el regreso hacia la nave. No sabía que llevaba consigo el futuro de todo un mundo."


"En Marte las condiciones habían llegado a la estabilidad hacía mucho tiempo, y ese equilibrio se mantendría durante siglos, a menos que el hombre interfiriera en él."


"Siempre es fatal adaptarse al medio. Es mucho mejor adaptar el medio a nuestras necesidades."


     

Personajes

 Martin Gibson: famoso novelista de ciencia ficción. Hombre pequeño y regordete, de facciones bien cinceladas, de voz profunda y sonora, que llegaba a los cuarenta y cinco años de edad.

 Warren Hadfield: Jefe Ejecutivo de Marte, un hombre no muy alto, de físico delgado y musculoso. Un hombre muy franco, lo que no lo hacía simpático a mucha gente.

 Jimmy Spencer: joven supernumerario (lo que eso signifique) del Ares.

 John Norden: capitán del Ares, de cabellera rubia. No llega a los cuarenta años de edad.

 Owen Bradley: teniente, oficial de electrónica de la nave Ares, doctor en Física, especialista en Ingeniería Espacial y en Radio, experto en electrónica y comunicaciones, una persona algo cínica que parecía obtener cierto placer sardónico en el sabotaje verbal.

 Bob Scott:: doctor de la Ares. De temperamento algo excitable.

 Angus Mackay: astronavegante del Ares. Escocés, doctor en Física Astronáutica.


 Fred Hilton: teniente, ingeniero del Ares.

  Irene : hija de Hadfiel, única joven de su edad en Marte. Alegre y optimista, muy poco sofisticada y extremadamente bonita.

  Westerman : empleado del Martian Times.

 Mayor Whittaker: mano derecha de Hadfiel.

  Henderson: hombre alto y de rostro afilado, a cargo de los medios portuarias en Marte.

  George: dueño del George’s, el único bar de Marte. A cargo del pequeño teatro porteño, el hombre de mayor edad en Marte.

  Baines: uno de los principales expertos mundiales en genética de plantas. Había viajado a Marte para dedicarse al estudio de su flora. Hombre fuerte y corpulento, de constitución maciza, rasgos bien marcados y de aspecto distraído.

     

Opinión Personal

  Siempre me ha fascinado la ciencia ficción. Y una de las cosas que me encanta particularmente es poder ver esas películas antiguas, de los años cincuenta, cuando los viajes espaciales eran sólo posibles en la imaginación. Encuentro muy interesante descubrir cómo pensaban entonces que sería el futuro: ¿todos vestidos de plateado, viajando de un planeta a otro en cuestión de minutos, encontrando vida vegetal en los planetas de nuestro sistema solar, enfrentándose a monstruosas criaturas extraterrestres? Todo era posible en ese momento pues ¿quién podría con certeza debatir cualquier idea?

  Y con mayor razón, cuánto disfruto leer al respecto, deleitarme con los antiguos autores de ciencia ficción, muchos de ellos convertidos en verdaderos visionarios, que bien podrían haber influenciado en algo a lo que hemos llegado hoy en día.
  Esta novela fue escrita en 1951, mas de quince años antes de que el hombre pisara la Luna. Obviamente el autor no tenía nada confiable en qué basarse y todo quedaba a merced de su imaginación. Cuán emocionante me resulta descubrir qué tan cerca estuvo de la realidad, o cuán fantásticas e imposibles resultaron ser sus ideas.

  Una de las primeras cosas que me llamó la atención fue la descripción de la nave Ares:

"Dado que la unidad de propulsión, violentamente radioactiva, debía encontrarse 
lo más lejos posible del alojamiento de la tripulación, 
la solución más simple consistía en una doble esfera 
y un largo tubo de conexión."

  Por supuesto, si la propulsión de las naves espaciales fuera realmente atómica, tendría bastante sentido.

  Algo curioso fue que el capitán y la tripulación del Ares se hubieran afeitado por completo el cabello, debido a que “las naves espaciales rara vez llevaban peluqueros a bordo.” Es algo en lo que nunca había pensado, claro que sólo tiene sentido si la tripulación de la nave debe mantenerse despierta durante todo el viaje. El concepto de hibernación o estasis claramente no habían salido a la luz.
  En nuestra época, en que se prohíbe fumar en lugares cerrados en forma casi generalizada, pensar en fumar dentro de una nave espacial es completamente inconcebible. Pero al parecer en los años cincuenta no opinaban igual. Es más, el capitán de la nave comenta:

Si se prohibiera fumar durante tres meses habría un motín. 

  Algo interesante fueron las correas sin fin, con agarraderas, que se deslizaban continuamente a varios kilómetros por hora, para permitir que las personas se trasladaran rápidamente de un extremo a otro de la nave. Supongo que algo tendrán que ver con las cintas transportadoras que hoy vemos en los aeropuertos.

  También tengo algunas palabras para el “radiograma”: los mensajes enviados desde la Tierra son recibidos por el oficial de comunicaciones de la nave, quien los escribe en un papel y coloca en un sobre en el que pone su sello, para que nadie más lo lea. Interesante, aunque no pude dejar de pensar en los telegramas enviados a las embarcaciones flotantes como el Titanic, tal vez no muy futurista pero sí más elegante.

  Lo que sí me causó un poquito de risa fue que el novelista lleva como parte de su equipaje una máquina de escribir. Para los que no tuvieron la fortuna de conocerlas, les cuento que eran bastante aparatosas y para nada livianas. Pero pensaré que en este futuro creado por Clarke, las máquinas son más simples y livianas.

  Bueno, dejando a un lado estas curiosidades y muchas más, debo decir que me encantó el libro, me gustó mucho la evolución de Gibson y otros personajes y la forma casi romántica de tratar este nuevo mundo y lo que en él hay. Y me encantó el final, no carente de problemas no resueltos pero tan lleno de ilusiones y esperanzas, que me dejó una gran sonrisa en el rostro.

  Ahora sólo espero leer pronto más libros de este gran autor.

      




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