martes, 31 de diciembre de 2019

Bóvedas de acero (The Caves of Steel) - Isaac Asimov


Título: Bóvedas de acero (The Caves of Steel)
Saga: Serie de los Robots #2
Autor: Isaac Asimov
Año: 1954
Género: Ciencia Ficción

 En el Enclave Espacial, a las afueras de la Ciudad de Nueva York, un científico de los Mundos Exteriores ha sido asesinado.

 El detective Elijah Baley tiene que ocuparse de este caso y se le asigna la compañía del robot humanoide R. Daneel Olivaw, algo inquietante y odioso para él.

 La investigación debe llevase a cabo con mucha sutileza, ya que podría terminar con el equilibrio entre los descendientes de la colonización estelar, que viven en perfecta comunión con sus robots, y los habitantes de la Tierra, que, refugiados en grandes metrópolis subterráneas cubiertas por grandes bóvedas de acero, sobreviven precariamente a la falta de recursos naturales y temen a los robots.

     

Saga

1.
2.
3.
4.
5.
Yo, robot
Bóvedas de Acero
El sol desnudo
Los robots del amanecer
Robots e Imperio

     

Frases

Primera ley de la robótica: “ ingún robot causará daño a un ser humano o permitirá, con su inacción, que un ser humano sufra algún mal.”


“ –En otras épocas, todas las habitaciones tenían arreglos como éste. Se llamaban «ventanas». ¿Lo sabías?
  Baley lo sabía perfectamente. Había leído muchas novelas históricas.”

“ –¿Cuánto tiempo has decidido emplear? –interrumpió Baley.
   –Tan poco como sea posible; tanto como sea necesario. –(Daneel)”


“(Fastolfe) señaló la mesa que separaba a él y a R. Daneel del terrícola. Lo único que aparecía allí era una fuente de esferoides de diversos colores. Baley se quedó vagamente sorprendido. Se imaginaba que se reducían a adornos, como un centro de mesa. R. Daneel explicó:
 –Éstos son los frutos de la vida natural de una planta que crece en Aurora. Le sugiero que la pruebe. Tiene por nombre «manzana», y la reputan como muy agradable al paladar.”


“Antes de las ciudades, la vida humana en la Tierra no era tan especializada que no pudiesen emigrar y comenzar una nueva etapa en un mundo primitivo. Lo hicieron treinta veces. Pero ahora los terrícolas están tan reblandecidos, tan aprisionantes en sus bóvedas de acero, que se encuentran sujetos, apresados para siempre.”


“La colonización del espacio es la única salvación posible para la Tierra.” - Elijah Baley


     

Personajes

Elijah “Lije” Baley: detective de la Tierra, uno de los mejores del departamento de policía secreta de Nueva York, clasificación C-5. Hombre de cuarenta y dos años, de ojos castaños, delgados labios, rostro triste y alargado, y largos dedos. Se le asigna el caso del asesinato de Sarton.

 Julius Enderby: Comisionado de la Policía de Nueva York, jefe de Elijah Baley, quien le asigna el caso de asesinato. Hombre de redondo semblante, que usa gafas. Enderby iba dos cursos delante de Baley en la Escuela de Estudios Administrativos de la ciudad y eran grandes amigos

 Jezebel "Jessie" Navodny Baley: esposa de Elijah Baley, con quien ha estado casado por dieciocho año, de rostro ovalado, no muy bonito, debido sobre todo a la nariz un poco larga, de cabello de color castaño claro, muy alegre y de trato cordial.

 Roj Nemennuh Sarton: doctor en sociología, especializado en robótica, ciudadano del planta Aurora y residente de Espaciópolis. Una persona sumamente brillante, cuyo asesinato debe investigar Elijah Baley.

 R. Daneel Olivaw: robot humaniforme creado por Sarton, que es asignado como compañero de investigación de Elijah Baley. Su apariencia física es igual a la se Sarton, de rostro ancho de pómulos salientes, con el cabello color de bronce, liso y echado para atrás.

 Han Fastolfe: espaciano, doctor roboticista del planeta Aurora, un mundo Espacial, que fomenta la colaboración entre terrestres y espaciales. Un hombre que parece ser muy amigable, con finas arrugas que le cruzan la frente, y ciertas bolsitas que se le forman bajo los ojos y también bajo la barbilla. El cabello le ralea mas no muestra señal alguna de encanecer. Sus enormes orejas le sobresalen de la cabeza, dándole una apariencia ordinaria y humorística. Es el encargado de la investigación del asesinato del doctor Sarton, por parte de Espaciópolis. Aunque aparenta tener unos sesenta años de edad, está por cumplir ciento sesenta y tres.

 Anthony Gerrigel: uno de los roboticistas más eruditos de la Tierra. Un hombre preciso y muy cortés, de pelo gris y estatura mediana.

 Francis Clousarr: ciudadano de Nueva York arrestado dos años antes por incitar una revuelta contra robots, y sospechoso de formar parte de un grupo anti-robots. Hombre de treinta y tres años. Zmologista, especialista en el cultivo de levaduras.

 Bentley “Ben” Baley: hijo de Elijah, joven de dieciséis años, de cabellos tan oscuros como los de su padre, y el rostro ovalado de su madre, de quien también heredó los ojos de ágata y su manera despreocupada de contemplar la vida.

 Philip Norris: detective privado C-5.

 Vincent Barrett: joven a quien habían desplazado de su trabajo para darle el puesto a R. Sammy.

 R. Sammy: robot que trabaja en el departamento de policía de Nueva York como mensajero.


     

Opinión Personal

Después de explorar el espacio y colonizar decenas de mundo, los habitantes de la Tierra viven en ciudades encapsuladas en gigantescas bóvedas de acero, evitando todo contacto directo con el mundo exterior.

Es una sociedad que se resiste a las innovaciones tecnológicas, incluyendo a los robots, que amenazan con reemplazar a los humanos en sus trabajos.

Por otra parte, los espacianos, aquellos que habitan los planetas colonizados, han desarrollado una sociedad basada en la más avanzada tecnología, llegando a crear robots con cerebros positrónicos, cuya apariencia puede llegar a ser totalmente humana.

La relación entre terrestres y espacianos es tremendamente frágil, y la aparición del cadáver de un reconocido sociólogo especializado en robótica, puede complicar mucho más la situación.

Un detective terrícola debe investigar el caso. Su acompañante será nada menos que el robot creado por la víctima, hecho a su imagen, tan perfecto que difícilmente podría alguien descubrir que en su interior hay circuitos en lugar de venas.

Es una historia interesante, que va más allá de un simple caso de detectives. Escrita hace 65 años atrás, aborda una temática que bien puede aplicarse a nuestros días: el rechazo de los hombres a ser sustituidos máquinas. ¿Hasta qué punto una máquina puede ocupar el lugar de un ser humano? ¿Hasta qué punto el hombre permitirá ser reemplazado por cables y circuitos?


      




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