Título: La elección final (Unraveled)
Saga: Las Tejedoras de Destinos #3
Autor: Gennifer Albin
Año: 2015
Género: Juvenil / Distopía / Romance
Nada me frena ahora. Y por ello la Corporación debería temerme. He renunciado a todo. No tengo nada más que perder. Soy capaz de salvar mundos, y lo haré. Tal vez la Corporación permanezca al acecho, pero estoy preparada para enfrentarme a ellos.
Las cosas están cambiando tras los muros del Conventry y nuevas conspiraciones comienzan a tejerse en sus intrincados pasillos.
Cuando Adelice regresa a Arras, pronto comprende que algo despreciable y oscuro ha tomado el control sobre el mundo... y que Cormac Patton la necesita para restablecer el orden. Sin embargo, la paz exige un precio demasiado alto. Mientras la Corporación sigue manipulando a los ciudadanos de Arras, Adelice descubre que no está sola, y que deberá olvidar el pasado para luchar por la salvación de su mundo. Ha llegado el momento de elegir entre una inimaginable alianza y una cruenta guerra que podría destruirla a ella, y también su amor.
Saga
1. 2. 3. |
Las tejedoras de destinos Entre dos mundos La elección final | |
0.1. 0.5. |
El proyecto Cypress El departamento de manipulación |
“No es amor el amor que se modifica por momentos.”
“Podemos destruir el mundo tan rápido como lo hemos construido.”
Cormac: “Descubrir la verdad cuesta. Algún día, cuando hayas vivido toda una vida, lo entenderás.”
Adelice: “¿Y cuánto tiempo tardarás tú en darte cuenta de eso?.”
Adelice: “¿Y cuánto tiempo tardarás tú en darte cuenta de eso?.”
“En ocasiones el amor sobrevive a todo, incluso a las peores circunstancias.”
“Al menos uno tiene que seguir con vida. Para contar nuestra historia. Para escribirla.”
Adelice Lewys: Protagonista y narradora de la historia. Joven de 18 años, de pelo rubio rojizo y piel demasiado pálida.
Erik: Joven muy atractivo, de ojos de un intenso color azul, con un hermoso rostro enmarcado por un delicado cabello rubio, un poco ondulado y un cuerpo robusto, más alto que Adelice.
Josten Bell, "Jost": Hermano de Erik. Joven muy atractivo, de enmarañados rizos color castaño y ojos color azul cobalto. Posee firmes músculos en los brazos. En los libros anteriores tuvo una relación amorosa con Adelice.
Cormac Patton: Embajador del coventri en la Corporación de las Doce y principal hombre guapo de la Continua. Hombre de más de cuarenta años, con un ligero tono grisáceo que salpica su cabello. Es muy atractivo, con una mandíbula esculpida con demasiada suavidad para ser natural. Su nariz, los ojos de color negro y los dientes, son perfectos.
Dante: Padre biológico de Adelice.
Sebrina: Niña pequeña, hija de Jost.
Hannox: hombre de confianza de Cormac, de rostro terso y grandes ojos castaños.
Amie Lewys: Hermana menor de Adelice, jovencita de cabellos de un suave tono dorado y ojos verde pálido.
Dante: traficante de sol. Hombre moreno, joven y atractivo. Usa el pelo casi rapado y tiene los ojos marrones. Habitante de la Tierra. Confiesa ser el padre de Adelice.
Maela: Encargada de recibir y preparar a las candidatas a hilanderas. Mujer de pelo color azabache y ojos color violeta, con un refinado rostro que refleja un halo de control y autoridad.
Pryana: Jovencita de exótica belleza, de pelo negro brillante, piel tostada, ojos café y unos quince centímetros mas alta que Adelice. Hija de una doncella en un pequeño hotel para hombres de negocios. Originaria de Cypress.
Loricel: La única maestra de crewel de Arras. Una anciana de piel marchita y pelo plateado, de no menos 60 años.
Albert: Científico, habitante de la Tierra, miembro de la resistencia.
Valery: Era la esteticista principal de Adelice, de rasgos orientales, con los ojos elegantemente rasgados en torno a unos iris color castaño.
Grady, Swander: Ministros.
Hanna: joven algo mayor que Adelice, de nariz respingona, boca ancha y ojos castaños.
Gilian: joven de piel oscura de mejillas regordetas.
Alixandra: guardaespaldas y vigilante de Adelice, asignada por Cormac. Es menuda, de pelo largo y rubio y nariz diminuta.
Jax: muchacho larguirucho, ayudante de Kincaid, miembro de la resistencia.
Acabo de terminar de leer el tercer y último libro de esta trilogía y siento un gran vacío. No es la mejor historia que ha pasado por mis manos y en innumerables oportunidades seguí sintiendo que estaba leyendo una nueva versión de Los Juegos del Hambre. Pero, aunque la historia no me sea nueva, para mi gusto en general ha cumplido el propósito de hacerme suspirar, temer, sonreír y sufrir.
Aún así, refuerzo lo dicho en la reseña del primer libro: la trama de la joven que vive en una sociedad distópica y que es alejada de los suyos para ser rodeada de lujos innecesarios que solo confirman su desacuerdo con lo que la rodea. Que, a pesar de ello, debe sacrificarse por salva a su hermana menor y se ve enredada en un triángulo amoroso mientras se convierte en la clave para la resistencia y debe luchar con el cruel tirano que desea tener el mundo bajo su absoluto control... Lo siento, pero no puedo dejar de pensar en la trilogía de Susann. Y aún más, cuando sale todo ese tema de que Adelice es el Whorl, no puedo dejar de pensar en Katnisse siendo el Sinsajo.
Igual debo reconocer que la idea de las tejedoras y los sastres y el poder crear y modificar el espacio y el tiempo como si se tratara de tejer en un telar, es muy singular. Aunque vivir en un mundo donde mi vida y su estabilidad dependan de unas hebras y de la habilidad que tenga una jovencita para manipularlas, no me haría ninguna gracia. Yo prefiero un mundo que ha sido creado por un Dios sabio y que nos ama, y que no comete errores.
Ahora, comparando este libro con los anteriores, deja bastante que desear. Hay muchas cosas que no se logran explicar y sólo están para confundir y hasta para aburrir al lector. Es como si la trama se hubiera enredado tanto como un ovillo de lana en manos de un gato, y la escritora no hubiera sido capaz de desenredarla correctamente.
Siempre en estas distopías las protagonistas (por algún motivo en todas las que he leído, las protagonizan jovencitas) quedan marcadas de por vida. Pero supongo que eso es lo que ocurre cuando se es parte de una guerra. Hay penas que se pueden superar, pérdidas que se pueden sobrellevar, pero hay heridas que te dejan cicatrices para toda la vida. Cuando nos sumergimos en estas historias donde el mundo se remece a tal grado que todo cambia, deseamos estar en el lugar de los personajes y vivir sus aventuras, pero dudo mucho que alguien quisiera aceptar las consecuencias finales. Y cuando leo las últimas lineas de estas historias, me siento feliz de no estar en sus zapatos y seguir viviendo mi normal vida.
Sentí mucho la falta de protagonismo de Jost, y aunque sabía que el triángulo amoroso debía definirse de alguna forma, me dejó un gusto amargo. Y sobre esto, hay algo que no puedo dejar de mencionar, pero como contiene muchos spoilers, prefiero dejarlo en una nota aparte, para no estropear la lectura de quienes no han leído o acabado de leer el libro.
Leer el resto de mis comentarios (Spoiler)
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