Opinión Personal (Spoiler)
Primero, Jost siempre fue mi favorito, como lo he dicho más de una vez. En el primer libro sentí que su relación con Adelice era más sincera, mas profunda. Pero después me desilusioné mucho cuando las cosas se complicaron y se apartaron. Estaba esperando que de alguna forma pudieran resolver sus problemas, hasta que Erik toma protagonismo. Me sentí decepcionada de que Jost aceptara tan fácilmente que su hermano tomara su lugar, lo que sólo me hace concluir que su amor no era tan real como se creía. Y, cuando me estaba haciendo a la idea de que Adelice podía realmente ser mas feliz con Erik, puf! Y lo peor en ese momento fue leer ese párrafo que parece estar escrito solo para romper mis ilusiones:
“Pero no hablamos del abismo que nos separa ni de la pérdida que hemos sufrido. Jost y yo no tenemos ninguna manera de avanzar. El pasado nos ha dejado una herida que jamás sanará. Y ambos lo sabemos.”
Lo único que quería era que, al menos, se dejara abierta la posibilidad de que las heridas sanaran y al fin pudieran encontrar un poco de la felicidad.
Me sentía muy decepcionada con el final, hasta que mi hija mayor (lectora empedernida como yo) me dijo que leyera bien el final, pues claramente había pasado algo por alto.
Y, claro, releí los últimos capítulos para encontrarme con un final muy distinto al que yo pensaba: Erik, con su habilidad de sastre o ayudado por el doctor que también es sastre, transformó su rostro al de Jost, para cumplir con la promesa hecha a su hermano de que Sebrina no perdería a otro padre. ¿No piensas lo mismo? Pues estas son mis observaciones:
En el capítulo 24, Jost les hace prometer a Adelice y a Erik que ellos cuidarían de Sebrina si le sucediera algo a él. Y Erik le responde:
“- Vas a regresar - dice Erik con firmeza-. Esa niña no perderá otro padre. Lo juro por mi vida.”
Más adelante, cuando Adelice ve a Jost, todo mal herido y con la cabeza envuelta en un grueso vendaje, el doctor dice:
“- Las lesiones son graves y ha sufrido una reconstrucción bastante profunda.
- Da la impresión de que un sastre hubiera tratado de curar parte de sus heridas -interviene Alix.
- ¿Una reconstrucción? -pregunto.”
Y cuando se quedan solos:
“- Sebrina -el nombre apenas escapa de los labios resecos de Jost.
- Está bien -le aseguro-. Alix se está ocupando de ella.
- Prométemelo como se lo prometiste a él -murmura Jost.
No sé muy bien qué trata de decirme. Debe de estar delirando por los medicamentos que le han administrado.
- Promete que la cuidarás -repite.
...
... yo me levanto para marcharme, preguntándome que ha querido decir con eso. Pero lo que me ronda por la cabeza es imposible.”
Adelice le reclama a Alix que no le dijera cómo murió Erik. Y ella responde:
“- ¿Crees que Erik querría que lo supieras? Murió pr Jost, para que él siguiera vivo.”
También le reclama que no le dijera dónde estaba Jost, manteniéndolo alejado de ella. Alix le va a decir algo, pero luego se arrepiente. Adelice supone que Alix sentía algo por Jost o que él representaba lo último que quedaba de Erik. Pero pienso que era porque Erik le pidió que le ayudara y que no le dijera nada a Adelice. Por eso Alix está amargada y decide irse, pues sabe que el Erik del cual está enamorada nunca va a volver, siempre seguirá siendo Jost.
Y, lo que no me dejó ninguna duda, el final:
“Jost está distinto... Tal vez se parezca más a Erik de lo que pensaba... Pero hay algo más. Algo que no me atrevo a pensar aunque se cuele en mis sueños y ronde por mi mente durante el día, confundiéndome cuando pillo a Jost con los ojos clavados en mí.
- ¿En qué piensas? -me pregunta, y extiende su mano para deslizar un dedo por el contorno de mi marca. Siento un hormigueo en la piel cicatrizada y algo se agita en mi mente, una idea que me niego a aceptar aunque vibre por todo mi ser.
Aparto el brazo.
- En fantasmas.
Nuestros ojos se encuentran y me sube un escalofrío por el cuello.
- Basta de fantasmas -dice él, y extiende de nuevo la mano-. ¿Bailas conmigo?
- No hay música.
- Lo sé -responde.
Tomo su mano, vencida por la curiosidad, y me recorre un estremecimiento al tocarle. Es familiaridad. Una intuición. Miro fijamente sus apacibles ojos azules y contengo la pregunta que revolotea en mis labios mientras empieza a moverse al ritmo de un vals. Entonces me devuelve la mirada y le reconozco.
No es amor el amor que se modifica por momentos.”
Visto así, pienso que es un gran final, pues aunque sea un secreto que Adelice y Erik deban guardar por el resto de sus vidas, por el bien de Sebrina, estarán juntos, enamorados y felices.
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