El Cuento Número Trece (The Thirteenth Tale) - Diane Setterfield

      

Opinión Personal (Spoiler)

La gran pregunta que seguramente estará en tu mente al terminar de leer el libro es: ¿quién murió realmente en el incendio, Emmeline o Adeline? Si no es así, te invito a leer nuevamente estas líneas:

  Miro su cara y no puedo encontrar en ella a mi amada.
  -¿Emmeline? -susurro-. ¿Emmeline?
  No contesta.
  Siento morir mi corazón. ¿Qué he hecho? ¿He..? ¿Es posible que...?
  No soporto saberlo.
  No soporto no saberlo.
  -¿Adeline? -Mi voz es apenas un susurro. 
  Pero ella -esta persona, este alguien, esta o la otra, esta que podría ser o no ser, esta preciosidad, este monstruo, esta que no sé quién es- no contesta.

La pregunta cobra más fuerza si piensas en que Vida inmediatamente tomó la decisión de poner al hijo de Emmeline en la puerta de la señora Love, seguramente porque en ese momento no sabía a qué gemela había salvado del fuego, y de ser Adeline, era necesario proteger al bebé de algún nuevo ataque suyo. Y si con el tiempo nunca hubo intención de recuperar al pequeño Aurelius, es probable que fuera porque Vida nunca pudo descubrir la verdad. Y eso explicaría también el por qué de su gran agonía... Esos gritos casi inhumanos al otro lado de la puerta incandescente, ¿eran de su amada Emmeline? ¿Era ella la culpable de su cruel muerte? Por otro lado, me quedó la idea de que la gemela sobreviviente tenía un comportamiento más retraído, más catatónico, que uno pudiera encajar en la personalidad tranquila y retraída de Emmeline, pero también corresponde con el comportamiento de Adeline cuando fue separada de su otra mitad, un comportamiento que se asentuaría si esa mitad desapareciera para siempre. Y por último están las palabras y el grito que Vida lanza al contar los primeros retazos de aquella desgarradora noche:

  -Hubo un incendio.
  Las palabras salían de su garganta duras y secas como piedras.
  -Lo perdí todo.
  Y antes de poder detenerse, lanzó un grito:
  -¡Oh, Emmeline!

La frase "Lo perdí todo" no habría sido correcta si tuviera la certeza de que fue Emmeline quien salió con vida del incendio, pues el amor por su hermana hubiera bastado para sobreponerse a la tragedia y seguir adelante, como antes lo había planeado. Tampoco el grito de angustia por ella, que en ese momento da a entender que Emmeline no habría sobrevivido al siniestro. Tal vez gime por el estado en que Emmeline queda, pero también puede ser por su posible pérdida.

  ¿Pues qué otro dolor podía provocar esa exclamación salvo la pérdida de un ser querido?


Otro punto que deseo resaltar es esa gran obsesión que poseían entre sí los miembros de la familia Angelfield. George por su esposa, que queda al descubierto al morir ella. Luego su obsesión recae en su hija, al punto que cae en una agonía mortal cuando ella le comunica que se marcha. Charlie por su hermana, lo cual también termina en tragedia al enterarse de la muerte de Isabelle. La relación entre Emmeline y Adeline podría explicarse por su situación de gemelas pero la obsesión llega a tal grado que la separación provoca grandes estragos en ellas y una herida que deja cicatrices. Y finalmente Vida por Emmeline, quien es tan importante para ella que ni el interés amoroso de un joven como Ambrose puede perturbar.


No puedo dejar de comentar la ocasión en que Vida pregunta a Margaret si sería capaz de acabar con la vida de alguien que está colocando sus libros favoritos en las puertas de un horno encendido. Describe con detalle la escena, los libros poco a poco van siendo devorados por las llamas, y la manera de detener ese desastre es apretar el gatillo de una pistola que tiene en la mano. "Recuerde que esa persona insignificante está quemando libros. ¿Realmente merece vivir?". Al leer esas líneas, sólo pensé en lo mucho que Vida Winter debía amar la lectura y que era una forma de conectarse con Margaret. Pero al terminar de leer el libro me di cuenta de que de alguna forma estaba describiendo el momento en que Adeline tomó sus adoradas novelas y arrancó sus hojas para prender fuego en la chimenea. La rabia que sentía, la desesperación, escondida tras una cortina. ¿Habría pensado que la muchacha que cometía ese salvaje acto merecía morir? ¿Era una forma de apaciguar su culpa por lo que luego sucedería?


Tampoco puedo dejar de mencionar lo extraña que me resulta la muerte de la esposa del doctor Maudsley. ¿Un resfriado? Aunque en el libro lo describe como algo tan poco sospechoso, no comparto esa idea. Y unos días después del entierro ya se había embarcado, para reunirse con Hester. Aunque fuera amor, no puedo dejar de sentir lástima por la pobre señora Maudsley.


Y, finalmente, si te queda alguna duda de por qué Vida llamaba a Emmeline "su hermana", es porque seguramente lo era. Lo más probable era que las tres fueran hijas de Charlie:

   Isabelle dio a luz a sus gemelas en un hospital londinense. Esas dos niña no se parecían en nada al marido de Isabelle. Pelo cobrizo como el de su tío; ojos verdes como los de su tío. 


   Hija de la rabia. Hija de la violación. Hija de Charlie.
   ...
   Érase una vez una prima que llegó a Angelfield. O una hermanastra...


     




¿Ya leíste el libro? ¿Qué opinas de él...

2 comentarios :

  1. Definitivamente era Emmeline la que murió en el incendio, al final del libro cuando Margaret asiste a tres entierros, el último lo describe como recibiendo los huesos y luego pasando a recoger la urna, urna que luego es entregada a Aurelius como lo que queda de su familia, quien iba en esa urna era Emmeline y Adeline la que sobrevivió al incendió.

    ResponderEliminar